La tortura NO es un delito
Por: Mercedes Llamas - noviembre 5 de 2012 - 0:03
LOS ESPECIALISTAS –
Las investigaciones de defensores de derechos
humanos así como las quejas por parte de los ciudadanos indican que la tortura
ha aumentado indiscriminadamente en el último sexenio y que la lucha contra el
narcotráfico ha permitido que la violación de los derechos humanos sea una
constante.
El martes de esta semana,
la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos presentó ante
Naciones Unidas la “Situación de la Tortura en México”, en donde se asegura que
los actos de tortura en México se han incrementado en un 500% durante los
últimos años; de igual forma la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha
recibido muchas más quejas que en los sexenios anteriores.
Lo “normal” en un estado
de derecho, donde existe un derecho positivo y donde los delitos están
tipificados en un código, es que si la tortura se encuentra dentro de dichas
tipificaciones, al verse aumentada en su comisión, paralelamente debería de
incrementarse las sentencias de dicho delito.
Ante mi duda e
investigando en los datos del INEGI, me doy cuenta de que la tortura NO se
castiga en México: únicamente en el periodo de 1997 a 2011 ha habido la gran
cantidad de 88 sentenciados con prisión por dicho delito en lo que compete al
fuero común, y en cuanto al fuero federal, en la base de datos antes
mencionada, ni siquiera figura la tortura, aún y cuando la legislación de dicho
fuero establece de 3 a 12 años de prisión como sanción.
Para que el lector tenga
una idea de la gravedad de lo anterior, me permito compartirles las cifras de
este sexenio: en 2006 hubo dos sentenciados del fuero común por el delito de
tortura; en 2007, cinco; en 2008, cuatro; en 2009, tres; en 2010, seis y en
2011, diez.
Pero qué tal se castiga la
pobreza, con qué rudeza y severidad se priva de la libertad a personas que por
no contar con oportunidades laborales o simplemente para poder dar de comer a
sus hijos cometen un robo famélico, roban un litro de leche o simplemente
llevan a cabo hurtos menores de dos mil pesos. A ellos todo el peso de la ley;
se les separa de sus familias, se les expone al etiquetamiento y rechazo
social, se les mezcla con delincuentes de todo tipo, se les marca de por vida…
¿Por qué no aplicar el
mismo rigor de la ley a aquellos que torturan a los ciudadanos? Esos que
rebajan al ser humano a condiciones animales y que ocasionan daños físicos y
psicológicos a sus semejantes, que rebajan la dignidad del ser humano a lo más
deplorable. La respuesta es sencilla: en México la tortura NO se castiga porque
se encuentra al servicio del poder, porque la tortura para la autoridad
constituye su medio de investigación más eficaz y sobre todo porque suple todas
las deficiencias del sistema judicial de nuestro país.
¡¡¡VERGONZOSO!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario