domingo, 18 de noviembre de 2012

INTERESANTE ANALISIS SOBRE EL CONSUMISMO, Porque el consumo desmedido nos esta llevando hacia el abismo, a pesar que los gobiernos insisten en decir que "reactivan las economías".


“El buen fin”y la crisis mundial. Entre la mesura y la responsabilidad

ANEL GUADALUPE MONTERO DÍAZ
dom 18 de noviembre de 2012

Por segunda ocasión, el presidente Felipe Calderón anunció que los trabajadores asalariados recibirán en los próximos días, de  parte del gobierno federal, una tercera parte del aguinaldo, para que puedan participar en la campaña denominada “El buen fin”, que no es otra cosa que una invitación al consumo, previo acuerdo con la iniciativa privada, para que las empresas rebajen sus precios y se propicie una reactivación de la economía del país en general. 
El secretario de economía, Bruno Ferrari, declaró el año pasado que el consumo es indispensable y agregó[i]
“El gasto de la población, de 112 millones de personas, representa más del 60 por ciento del Producto Interno Bruto”. 
Es decir, el consumo es el corazón del sistema, el motor que lo mueve y es tan importante, que se ha convertido en una prioridad para los gobiernos de países como el nuestro. 

¿Recuerda usted, estimado lector, la declaración del presidente Bush después de los atentados a las torres gemelas del 11 de Septiembre de 2001? Cuando el país todavía estaba en shock, el presidente pudo haber sugerido medidas apropiadas, como hacer luto, reflexionar profundamente en el camino que sigue la humanidad, orar o tener esperanza, pero no…Bush los mandó a comprar. 
Hoy, existen empresas cuyas economías son más poderosas que las de muchos gobiernos. Atentando contra el orden de las cosas, porque si esto es así ¿al servicio de quién está el Estado? Considerando que de las cien mayores economías del mundo, cincuenta y uno son empresas, no gobiernos. 
Ahí está por ejemplo, el caso del señor Azcárraga Jean hablando de su disposición a competir siempre y cuando también Slim sea regulado, como si le hiciera un favor al Estado mexicano al condescender en esto que ha radiografiado a la “autoridad” en nuestro país[ii]
El mundo está al borde de la recesión, dice el FMI[iii], por lo que sugiere a los países repetir la dosis de la medicina recetada desde los tiempos de Eisenhower: “deben implementar políticas para impulsar el crecimiento” y eso es justamente lo que está haciendo el presidente Calderón, pero eso lleva implícito la destrucción del planeta en términos de los recursos necesarios para dar abasto a una demanda que supera la oferta y que, al abaratar los costos, continúa la cadena de explotación de los trabajadores de los conglomerados de supermercados que deben cubrir su propio seguro médico o de los niños que explotan en maquilas para abastecer el consumo de productos hot que todo mundo desea obtener y que a los seis meses han perdido más de la mitad de su valor. 
Ese es el capitalismo basado en el consumo que no permite ver el costo real de las cosas: nos estamos acabando el planeta y nos estamos acabando como sociedad en aras de perpetuar el consumo. Es insano, ilógico y estúpido, si me permite decirlo. 
La última entrevista que ha concedido el filósofo Fernando Savater a la revista “Letras libres”[iv], se titula: “España ante el espejo” y habla de los indignados, de la crisis y del gobierno de Zapatero y sin tapujos establece: “(…)Creo que lo peor viene después del Zapaterismo” y con una honestidad basada en su forma de vida sencilla y sin poses, dice acerca del espejismo del consumo: 
“(…)Me di cuenta de que no podía permitirme el lujo de comprar un departamento allí, salvo entrampándome para mucho tiempo. En cambio veía a profesores mucho más jóvenes que yo, que con toda naturalidad se habían comprado una casa, cambiaban de coche cada dos años y pensaba: ´qué torpe debo ser´. Bueno, lo soy en esas cuestiones, pero algo ahí no funcionaba. Y efectivamente debía de haber una especie de espejismo, que el gobierno no denunció. Primero negó la crisis, luego negó que la crisis nos afectara a nosotros más que a otros, luego negó que continuaba. La gestión, evidentemente, ha sido mala. Ahora, tampoco creo que el gobierno tuviera la culpa de las opciones de los individuos ¿Que no alertó contra eso? ¿Hay algún gobernante que, cuando se venden más automóviles, que es una cosa que a todos nos debe poner contentísimos por lo visto y que a mí me espanta, se atreva a decir: ´desgraciadamente, cada vez vendemos más automóviles, no compren ustedes más coches. Las ciudades están imposibles´. Eso nadie lo va a decir. ¿Qué tendrían que haber hecho los gobernantes, o cómo tendrían que haber sustituido la voluntad de los ciudadanos?” 
Lo que Savater ha descrito es, aparte de la crisis española, una pintura de la crisis griega, de la que también comentamos en este espacio y advertimos acerca las semejanzas con las condiciones imperantes en México[v]
Lo que trato de presentar a usted, amable lector, es el panorama completo, el bosque que a veces el ciudadano deja de percibir porque está demasiado concentrado en el árbol y me parece que ese es el quid del fracaso de las economías de consumo: “compre ahora y pague después en cómodas dificultades de pago” 
Esto no siempre fue así. Según Annie Leonard[vi] y su extraordinario texto “La historia de las cosas”, un habitante promedio de EU consume hoy el doble que hace 50 años y afirma que el consumismo feroz fue diseñado después de la 2ª. Guerra mundial, porque los empresarios idearon maneras de hacer crecer la economía y el analista de mercado Víctor Lebow fue quien estableció la primigenia del consumo para hacer funcionar la economía. Parece que este modelo está rebasado. 
Consumismo salvaje. Las cifras
¿Cómo lograron los gobiernos que nos sumáramos tan entusiastamente a este ilógico e inhumano ciclo de consumo? Dice Annie que dos de las estrategias son la obsolencia programada y la obsolencia percibida. La primera significa “diseñado para ser desechado” (trapeadores, DVD´s, cámaras, parrillas, computadoras, teléfonos celulares)  y la segunda sirve para convencernos de tirar cosas que aún son perfectamente útiles y lo logran simplemente cambiando la apariencia de las cosas; de tal manera que si compraste algo hace un par de años (zapatos de tacón de aguja) y hoy se utiliza otro modelo (zapatos de tacón grueso) seguramente tus mismos semejantes te harán ver o sentir que no has contribuido al consumo…¡Dios, qué pena! 
Annie Leonard proporciona cifras escalofriantes: 
¿Sabe usted, estimado lector, cuál es el porcentaje del total de materiales que siguen vigentes en el sistema seis meses después haber sido vendidos en Estados Unidos? Sólo el UNO por ciento, el noventa y nueve restante de todo lo que se cosecha, mina, procesa y transporta de lo que fluye en el sistema, es basura ¡en menos de seis meses!, pero no se preocupe, estimado lector, con el sistema de “pagos chiquitos”, a usted todavía le quedarán 24 mensualidades sin intereses para terminar de pagar eso que usted anhelaba con desesperación y que tiñó de un satisfactorio tono “verde envidia” la tez de su vecino.
El ritmo de consumo de las últimas tres décadas ha sido tal, que hemos devastado por completo una tercera parte de los recursos de este planeta. Estamos talando, minando, agujereando y destruyendo el planeta tan rápido que estamos agotando su capacidad para poder albergar a la raza humana.
En EU quedan menos del cuatro por ciento de los bosques nativos
El cuarenta por ciento de los recursos de agua dulce ya no son potables
EU tiene el cinco por ciento de la población mundial, pero utiliza el treinta por ciento de los recursos del orbe y generoso, retribuye con el treinta por ciento de los desechos.
Si todos consumiéramos a este ritmo necesitaríamos de tres a cinco planetas ¿y sabe qué? Sólo tenemos uno

Hoy, más que nunca, es necesario cuidar y ahorrar nuestros recursos humanos y materiales. La primera ONG es la familia y el primer banco también. Como dice sabiamente Savater, estimado lector, ningún gobierno le va a decir que no compre o que está preocupado porque se están vendiendo más autos…hasta que viene la crisis y los ciudadanos de los países se ven rebasados por sus deudas y hábitos de consumo. 
Hay dos palabras claves para utilizar en el contexto de la iniciativa lanzada por el presidente Felipe Calderón: Mesura y responsabilidad
Siendo así, le deseo a usted “buen fin”, estimado lector. 

Fuente:http://www.sdpnoticias.com/columnas/2012/11/18/el-buen-fin-y-la-crisis-mundial-entre-la-mesura-y-la-responsabilidad

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