Enviado por: Padre 5anto
Entre
analistas y medios de comunicación de Michoacán se extiende el rumor de
que el gobernador Fausto Vallejo podría ser relevado del cargo por
problemas de salud. Uno de los escenarios que se manejan es que sólo
espera a que cumpla un año –febrero de 2013– para que se nombre a un
interino y éste se encargue de organizar los comicios para elegir al
mandatario sustituto. Dicen también que el secretario de Gobierno,
Jesús Reyna –quien orquestó la agresión del lunes 15 a las normales
rurales deTiripetío,
Cherán y Arteaga –, es el que se perfila. En la semana, mientras los
jóvenes agredidos relataban sus testimonios, el EPR difundió un
comunicado en el que culpa a la clase política michoacana de la agresión
a los tres planteles.
MORELIA, MICH. (Proceso).- El
lunes 15 por la madrugada, un grupo de jóvenes dialogaba con el
secretario de Gobierno, Jesús Reyna, en torno al problema de las
normales rurales e indígenas. De repente el funcionario tronó: “Tienen
dos horas para entregar los autobuses”, y se paró de la mesa. Ya no
hubo más palabras.
Casi
de inmediato los estudiantes recibieron llamadas de sus compañeros de
Tiripetío, Cherán y Arteaga para avisarles que cientos de policías
estaban entrando a sus planteles. Portaban armas largas, decían, y
llevaban perros, que azuzaban contra ellos, al tiempo que lanzaban
gases. Varios helicópteros sobrevolaban las inmediaciones.
Como
sucedió en San Salvador Atenco, Estado de México, en mayo de 2006, esta
vez policías federales y estatales entraron de madrugada a las escuelas
normales rurales e indígenas de Tiripetío, Artega y Cherán y
arremetieron contra los estudiantes. Algunos alcanzaron a refugiarse en
las casas cercanas.
Los
que permanecieron en los planteles fueron golpeados con macanas y
rociados con gases. En las inmediaciones estaban los camiones y
camionetas utilizadas en el operativo, así como tanques de agua,
ambulancias, autobuses y armas de grueso calibre. Según los vecinos,
fueron alrededor de mil 500 los elementos que participaron.
“Nos
perseguían como animales. Los helicópteros lanzaban luces en el cerro
mientras nos escondíamos”, dice un normalista de Tiripetío que se salvó
de ser detenido.
La
orden del gobernador priista Fausto Vallejo había sido clara:
“restablecer la paz y la tranquilidad”. Horas después justificó el
despliegue policiaco, al señalar que una cosa es la tolerancia y la
manifestación de ideas y otra que se transgreda la ley. Añadió que el
gobierno michoacano sólo había coadyuvado en el operativo federal, pues
había inconformidad en la población por la retención de los autobuses.
Mientras
los jóvenes eran trasladados a la procuraduría estatal con las manos
atadas por detrás con cintas elásticas, muchos de ellos con sangre en el
rostro, Vallejo volvió a la carga:
“Invitamos
a la sociedad civil, a los partidos políticos, a los medios de
comunicación, a todo el pueblo que quiera que se compongan las cosas en
Michoacán, a que valore y se pregunte qué tipo de gobierno quiere: uno
que irresponsablemente permita la ingobernabilidad por no asumir los
costos políticos que el orden acarrea o uno abierto al diálogo con la
única condición de la legalidad”.
Los
líderes del magisterio michoacano piensan lo contrario. Para ellos, el
operativo policiaco fue un acto de desesperación del gobernador, quien
no ha podido enfrentar la crisis económica, social y de seguridad en el
estado, por lo que recurre a la mano dura para reafirmarse en el poder.
Fue
Jesús Reyna, quien en coordinación con el titular de la Secretaría de
Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, diseñó la logística, en
particular la que se instrumentó en Tiripetío, para recuperar los
autobuses retenidos por los normalistas. Los uniformados aprovecharon
para llevarse archivos, computadoras y teléfonos de las agrupaciones
estudiantiles de otras entidades.
Fue un saqueo
El
jueves 18 en la normal rural Vasco de Quiroga de Tiripetío –el viejo
casco de la exhacienda de Coapa que data del siglo XVIII y perteneció a
la orden de los agustinos– en la cual estudian 510 jóvenes, aún se ven
las huellas de la agresión: puertas y ventanas rotas, piezas de
cilindros metálicos desperdigados en el campus y un penetrante olor a
gas, el que usaron los policías.
En
la huida, los uniformados robaron algunos borregos, cerdos y codornices
que criaban los estudiantes; saquearon también la bodega de víveres. Lo
que no pudieron llevarse lo quemaron, sostiene uno de los estudiantes.
Muchos
de los jóvenes del plantel fueron golpeados con los toletes y sometidos
a la fuerza. Luego los subieron a camiones y comenzaron a intimidarlos:
“Se van al Cereso, morros; mínimo 40 años”, les decían.
Originario
de Janitzio, un normalista de 18 años muestra las heridas en la cara.
Tiene la ceja abierta y la nariz y el pómulo hinchados. Relata: “Nos
subieron a un camión y nos llevaron a una especie de auditorio. Íbamos
mujeres y hombres. Nos trataban igual. Nos pusieron bocabajo en el suelo
y nos golpeaban si levantábamos la cabeza.
“Nos
sacaron a golpes y ya en el suelo nos dieron patadas. Eran federales
los que nos tuvieron bocabajo todo el día; no nos dieron ni un vaso de
agua. Luego nos sacaron huellas y no nos dejaron avisar a nuestras
familias”
Otro
joven que huyó al cerro cercano a la escuela para evitar ser capturado
relata: “La gente nos recogió luego de que nos habíamos escondido en el
cerro porque nos estaban golpeando bien feo. Nos fuimos a esconder
porque nos andaban buscando como perros en unos helicópteros. Nos
echaban la luz desde arriba; por tierra nos andaban buscando con
lámparas. Por eso la gente del pueblo se portó bien y nos metieron a sus
casas.
“Eran
como las cuatro de la mañana. Los granaderos se nos fueron encima con
armas de fuego, aunque digan que no es cierto. Hubo armas de fuego,
balas de goma, granadas. Yo estaba debajo de unos arbustos, por eso no
me vieron”.
La
madre de uno de los normalistas de Tiripetío comenta: “Una señora
escondió en un aljibe a los muchachos. En otra casa los escondieron en
unos cuartos, al fondo del patio. Eran como 30, entre ellos iba mi
hijo”.
(Fragmento del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso1877, ya en cirulación)
Fuente: http://ht.ly/eDAWU
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