Publicado el diciembre 24, 2012
*Invitan
a visitar la página www.amparoreformalaboral.org donde se podrá
encontrar, de manera gratuita toda la información sobre como interponer el
recurso
*El
periodo para promover el amparo concluye el 10 de enero de 2013
*La
reforma laboral profundizará, todavía más, el trabajo precario en todas sus
dimensiones, dando manga ancha para el abaratamiento de la mano de obra en
beneficio único de los patrones.
Diversas
organizaciones sindicales, de abogados y de la sociedad civil anunciaron hoy el
inicio de una campaña a nivel nacional de promoción de amparos contra la
reforma laboral por considerarla altamente lesiva de los intereses de millones
que sólo tienen su trabajo para sobrevivir. Por ello, llaman a todas y todos
los trabajadores del país a interponer amparos —individuales, grupales o por
sindicato—, para defender sus derechos humanos laborales ganados durante
décadas de lucha de la clase trabajadora.
Las
organizaciones promotoras de esta campaña señalaron la importancia de
movilizarse y revertir los efectos nocivos que la reforma laboral, publicada en
el Diario Oficial el pasado 30 de noviembre, tiene para las y los trabajadores;
y resaltaron la trascendencia de acompañar estas acciones por la vía jurídica
mediante el amparo.
Este
amparo es avalado por las siguientes organizaciones Unión Nacional de
Trabajadores, FAT, ANAD, UNJ, SME, CROM, Congreso Nacional de Bases, CILAS,
CEREAL, entre otros.
Dicha
reforma, añadieron los promotores, se puede impugnar en el periodo que va del 3
de diciembre de 2012 al 10 de enero de 2013, por lo que instaron a todas y
todos los trabajadores del país a visitar la página electrónica: www.amparoreformalaboral.org
en la que podrán encontrar el formato de amparo, un manual para documentarlo,
el juzgado donde deberán presentarlo —según su ubicación
geográfica— y cómo darle seguimiento.
Hicieron
hincapié en que todo el procedimiento —formato, presentación, seguimiento y
asesoría vía internet— es totalmente gratuito, e insistieron en que el amparo
debe presentarse antes del 10 de enero de 2013, fecha en que concluye el
término de ley para impugnar las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo.
Las
organizaciones enumeradas coincidieron en que la reforma laboral debe derogarse
porque es restrictiva, regresiva y violatoria de los derechos de toda la clase
trabajadora. “No nos sentimos representados por esa ley; lo que hace es impedir
que se nos otorgue un salario digno por nuestros trabajo capaz de solventar
nuestras necesidades”.
Al
aplicarse, la reforma laboral profundizará, todavía más, el trabajo precario en
todas sus dimensiones, dando manga ancha para el abaratamiento de la mano de
obra en beneficio único de los patrones. Quienes promovieron y votaron la
aprobación de la reforma mienten cuando pretenden hacernos creer que ha
habido grandes avances en materia laboral.
Expusieron
que la realidad que enfrenta la clase trabajadora mexicana se refleja en un
aumento en el desempleo, que rebasa ya —de acuerdo con estudios académicos de
la UNAM— la tasa de 15 por ciento, casi el triple de lo que indican las cifras
oficiales. En la informalidad, dice la propaganda gubernamental, se encuentran
14.1 millones de personas, pero si se considera a aquellos que no tienen acceso
a instituciones de salud o a las prestaciones mínimas de ley, el número
asciende a 31.1 millones.
Aún
si tomamos en cuenta las siempre desconfiables cifras oficiales existe un
rezago acumulado de más de 4.6 millones de puestos de trabajo. Cada año se
requieren 1.1 millones y apenas se crearon en promedio 335 mil plazas formales
cada año, de las cuales una gran proporción son empleos tercerizados o
precarios (como ejemplo: sólo 34.9 por ciento de los ocupados tiene acceso a
servicios de salud), agregaron.
Si
tenemos en cuenta que el universo de trabajadores tercerizados o subcontratados
se encuentra por debajo de las condiciones laborales de quienes son contratados
directamente, la situación se agrava dada la progresión exponencial de este
tipo de contratación —más de 40 por ciento de los nuevos puestos en los
últimos 15 años— puesto que con este fenómeno se promueve una marginalización
galopante de los trabajadores mexicanos.
El
salario remunerativo es otra de las grandes deudas —según los organizadores de
la campaña—, ya que en la administración federal pasada el desplome del
poder adquisitivo de los salarios superó 25 por ciento. El precio del kilogramo
de tortilla se elevó 70.5 por ciento; el de huevo blanco más del 120 por
ciento; arroz, 47.8 por ciento; frijol bayo, 127.3 por ciento, y el litro de
aceite vegetal, 83 por ciento. En 2006 con un salario mínimo se podían comprar
siete kilos de tortilla, hoy alcanza para cinco. En relación con el huevo, 14
por ciento de la población ha dejado de comprarlo por su alto costo y 64 por
ciento redujo su consumo.
De
todo este oscuro panorama los más afectados son las y los jóvenes. De los 36.6
millones de mexicanos jóvenes, 19.5 por ciento no estudia ni trabaja y 5.1
millones vive en pobreza extrema. Sólo uno de cada tres jóvenes que ha buscado
empleo lo consigue en el sector formal; de los empleados casi la mitad trabaja
en condiciones precarias, sin prestación alguna. Del total de desempleados, 57
por ciento son jóvenes. Son precisamente las y los jóvenes mexicanos los que resultan
más afectados con la reforma laboral impuesta por los patrones en complicidad
con el gobierno y la mayoría del Poder Legislativo. Con los contratos de
capacitación y a prueba, el pago por hora y la multifuncionalidad, se les
condena a una vida sin certeza en el empleo, a saltar de “chambita en
chambita”, con sueldos de miseria, sin acceso a la salud y sin prestaciones que
les den certeza a futuro.
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